De poco sirve una ventana blindada si el cristal que enmarca no tiene un grado de seguridad apropiado.
En este punto es curioso el grado de desconocimiento que algunos profesionales de la construcción tienen sobre este punto. Estos hablan de vidrio de seguridad en función de su composición y grosor. De aquí expresiones como “queremos un vidrio 6+6+6”. A un profesional de la seguridad le importa poco como se construye el vidrio, generalmente el fabricante ni lo dice. Lo que nos importa es el impacto que soporte ese vidrio. Si un fabricante consigue el mismo grado de resistencia en 3 mm donde la competencia lo hace en 15 mm…. ¡!!! Perfecto ¡!!!!.
Pero hablamos de que el vidrio debe estar homologado y haber pasado una serie de ensayos en laboratorios autorizados. Incluso son pruebas distintas para:
– Impactos o intentos de robo. Norma EN 356.
Se hacen dos tipos de prueba dependiendo del nivel de seguridad a lograr:
Hasta P5A: dejando caer una bola de acero de 4,5k desde una altura determinada por la norma:
Y desde P6B: con un hacha tipo las de un bombero:
– Anti-bala: Norma EN 1063
Las pruebas consisten en disparar al vidrio con un arma de las características marcadas por la norma. Básicamente se mide la energia del impacto en Julios, lo que se obtiene con unas especificaciones de calibre, masa y velocidad. Se obtiene una clasificación BR_.
Para pasar la pruebas es necesario soportar varios disparos con una configuración determinada:
– Anti-explosión.