A la hora de proteger el núcleo de nuestra casa, una opción es colocar puertas blindadas en el acceso a zonas como los dormitorios, entrada desde el garaje, etc. Está claro que en el mercado hay una gran oferta de puertas acorazadas o blindadas pero olvidamos un tema: estas puertas no suelen encajar demasiado en la decoración de su casa.
Lo ideal sería disponer de puertas acorazadas o blindadas que pasen desapercibidas, con la misma decoración y acabados que el resto de las puertas de la casa. Afortunadamente estas puertas existen.
Se construyen a partir de un núcleo de acero y herrajes de máxima seguridad, en todo similares a los de una puerta acorazada de exterior de nivel 4. Una vez construido este núcleo, se cubre con madera tanto los paneles frontal y posterior como los cantos y marco. Después se decora como el resto de las puertas de la casa y finalmente se barniza o laca.
Otro punto a tener en cuenta en este tipo de puertas es si deben tener cerradura exterior o no. Tengamos claro para qué queremos la puerta acorazada. Si es para “encerrarnos” nosotros y protegernos ante un posible intento de robo, no necesitamos cerradura externa. Si queremos evitar que alguien entre en la zona cuando nosotros no estamos, efectivamente nuestra puerta acorazada debe tener cerradura.
Desde nuestro punto de vista, tener cerradura exterior implica:
- un punto de ataque para un posible ladrón. La cerradura siempre es el punto más débil de una puerta acorazada.
- estéticamente es un elemento rompe con la estética del resto de las puertas y deja claro que es una puerta blindada.
Si realmente se requiere que la puerta también se use para evitar el acceso a la zona segura, proponemos el uso una cerradura electromecánica.
Por el interior podíamos poner llave, aunque lo más cómodo es utilizar un pomo que además de quedar más estético nos asegura que no habrá que buscar ninguna llave para abrir y cerrar la puerta acorazada desde dentro.
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